18/6/08

Rendón y sus caricaturas de Tejada y Vidales

Como ya he contado en mi entrada Luis Vidales según Rendón, la muy famosa caricatura en la que Vidales está representado con cuerpo de sapo fue resultado de una de las frecuentes peleas de amigos que se producían entre el genial caricaturista y el poeta de Suenan Timbres. Sin embargo, la historia sería incompleta si no recordáramos el origen y evolución de los dibujos que hizo Rendón de dos amigos inseparables de aquel tiempo: Luis Tejada, el Príncipe de los cronistas colombianos, y Luis Vidales.

Las dos primeras caricaturas datan de 1924, cuando Luis Tejada todavía estaba vivo:



A la izquierda, Luis Vidales; a la derecha, Luis Tejada. El caricaturista registró fielmente las características más notables de ambos personajes. Vidales era de muy baja estatura. ligeramente barrigón, de piernas rectas y cortas, de boca grande, labios finos, nariz corta y ancha. Tejada era alto, de frente muy amplia, labios gruesos y piernas arqueadas: según quienes le conocieron, caminaba como si estuviera en medio de un terremoto.

Cuando se publicó Suenan Timbres (1926), Rendón dejó de lado la caricatura de cuerpo entero de Vidales y concentró su atención en el rostro, tal como había hecho con respecto a Tejada luego de la publicación en sus crónicas en Bogotá (1923-24):


Vidales (1926) a la izquierda, Tejada (1924) a la derecha. El dibujante ha conservado los rasgos de sus primeras caricaturas y ha precisado algunos detalles. Las cejas y pestañas espesas de Vidales han sido suavizadas ligeramente; los ojos siempre abiertos y un poco tristes de Tejada han sido mejor definidos. La pipa de Vidales es ahora curva, como corresponde a la realidad. Vidales usa corbata de enorme nudo (característica de toda su vida) y Tejada usa lazo negro en lugar de corbata.

Conviene hablar de la historia de la caricatura de 1926, que aquí reproduzco ampliada:


Mi padre tenía por este dibujo un cariño especial. Lo conservó durante toda la vida. Esta caricatura sobrevivió las luchas políticas y los sobresaltos de las cárceles y la clandestinidad, el Bogotazo del 9 de abril, allanamientos policiales, el largo exilio en Chile (1953-1964), las más increíbles aventuras y los más indescriptibles sobresaltos. Pero no pudo resistir la codicia los presuntos "camaradas" que visitaban al poeta durante los últimos meses de su vida, tanto para robarle como para beberse su whisky. Uno de esos sujetos logró llevarse la caricatura y la vendió luego de la muerte del poeta (1990) a la Biblioteca Luis Ángel Arango por la suma de 50.000 pesos. En 1994, durante la única visita que he hecho a Colombia en los 28 años de mi último exilio, encontré la caricatura expuesta en museo de la Casa de Poesía Silva, y con ayuda de María Mercedes Carranza logré averiguar la identidad del individuo que había vendido este dibujo tan entrañable para mi padre. He dicho alguna vez que publicaré el nombre de este sujeto cuando la bilis me lo aconseje. Por ahora me basta con saberlo.

Hay otro aspecto interesante de esta caricatura: ella sirvió de base para la que representa a Vidales con cuerpo de sapo, según ya he relatado en mi nota Luis Vidales según Rendón, y que aquí reproduzco en blanco y negro según el original:


Como se ve, Rendón exageró aquí los rasgos de batracio de Vidales, suprimió las sombras y volúmenes y se limitó a un escueto dibujo de líneas. Mi padre conservaba también el original de esta caricatura y hasta ahora han sido infructuosos mis esfuerzos para seguirle el rastro. Existen sin embargo innumerables copias, porque es la caricatura de Vidales que más se ha publicado y reproducido, tanto en Colombia como en el exterior.

Valgan estas anotaciones para corregir el artículo LUIS TEJADA, por José Gabriel Baena, publicado por la revista Elmalpensante N° 87, junio de 2008, pp. 11-13 (reproducido por NTC..., según el enlace que incluyo) en el cual aparece la mencionada caricatura como si se tratara de Luis Tejada (pág. 12). Fácilmente puede comprobarse el error comparando las caricaturas que Rendón hizo de Tejada y de Vidales, que aquí he reproducido.

Carlos Vidales
Estocolmo, junio 18 de 2008

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